TIPOS DE COMUNICACIÓN DIDÁCTICA
Existen tres tipos de comunicación
didáctica, la comunicación verbal, no verbal, y paraverbal.
La
comunicación verbal
La
comunicación verbal puede realizarse de dos formas: oral, a través de signos
orales y palabras, o escrita, mediante la representación gráfica de signos. Hay
muchas formas de comunicación oral. Gritos, llantos y risas expresan diferentes
situaciones anímicas y además son una de las formas primarias de la
comunicación.
La forma más evolucionada de comunicación
oral es el lenguaje articulado, es decir, los sonidos que dan lugar a las
silabas y palabras con las que nos comunicamos con los demás. Las formas de
comunicación escrita son muy variadas también, y numerosas. Desde la escritura
primitiva ideográfica o jeroglífica hasta la fonética silábica y alfabética que
utilizamos, ha habido una importante evolución.
En la comunicación verbal hay que tener
en cuenta una serie de elementos, tales como el género, las construcciones
gramaticales, el vocabulario que se usa, y los ejemplos, para que se nos
entienda. Esto es necesario mencionarlo ya que como señala Molina, T. (2006):
Es
importante considerar que durante el acto didáctico predomina la interacción
oral, por lo que caracterizar ese discurso reviste gran importancia ya que éste
es el medio a través del cual se realiza gran parte de la enseñanza y también a
través del cual se evidencia lo que se sabe (p.29).
Ahora bien, para interpretar adecuadamente
los mensajes escritos es necesario que se conozca el código, que debe ser común
tanto al emisor como al receptor del mensaje. Para una eficaz y buena
comunicación se deben tener unas ideas
de lo que se quiere decir, además de adecuar el tono, según como lo quieras
decir, o la importancia que le quieras dar a cada cosa. Se debe hablar de una
forma en la que el receptor entienda lo que le dices a medida que lo oye. Y se
deben usar las palabras exactas.
La
comunicación no verbal
Esta comunicación constituye un tipo de
lenguaje no hablado que transmite mensajes y expresa nuestras emociones a
partir de distintos movimientos o posiciones de nuestro propio cuerpo. Tal como
señala Vigotsky (1995) “La expresión de gestos, tonos de voz y posturas
corporales, son portadores de mensajes en sí mismos y como apoyo al lenguaje
hablado son una “ventana abierta del pensamiento” (p.85).
Cada vez tienen más importancia los
sistemas de comunicación no verbal. Cuando hablamos con alguien, solo una
pequeña parte de la información la recibimos de sus palabras. La mayoría de
nuestra comunicación se hace mediante el lenguaje no verbal. Shablico, S.
(2008) señala: “El lenguaje verbal está dotado de los símbolos necesarios para
expresar un mensaje. Sin embargo, normalmente se acompaña de expresiones no
verbales que le brindan apoyo, lo ilustran, o, en ocasiones, contradicen lo
comunicado verbalmente” (p.1). Los elementos de esta comunicación son:
•
Las expresiones faciales. Tales como la mirada o la sonrisa. Para
una buena comunicación se debe hacer un barrido ocular entre todos los oyentes,
sin centrarnos en una sola persona. La mirada no se tiene que perder en el
infinito, y debemos evitar rehuirla. El formador no debe tener una mirada
inquisitiva. Este aspecto es ampliamente explicado en el siguiente vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=ShIFWwVkYwU
En cuanto a la sonrisa, el rostro debe
ser relajado dibujando una leve sonrisa. También se aconseja utilizar la
sonrisa y algo de humor en ciertos momentos puntuales.
•
Los gestos con manos y brazos. El formador debe
expresarse moviendo las manos rítmica y pausadamente, y debe mantener los
brazos algo despejados del tronco y doblados.
•
La postura corporal. Se debe mantener una postura erguida, de
pie, apoyándonos sobre los dos pies y manteniendo la cabeza levantada.
•
Los desplazamientos. Se debe alternar la permanencia en un lugar
fijo con los desplazamientos por el aula.
•
La paralingüística. Es decir, el volumen, la entonación, la
pronunciación o la velocidad que usamos al expresarnos verbalmente. Se debe
mantener un volumen adecuado y proyectado hacia los alumnos.
En cuanto a la entonación, el formador debe
usarla de forma que dé sentido al mensaje, e introducir cambios rítmicos en la
entonación, destacando así los puntos clave del discurso. Para la
pronunciación, nos debemos esforzar en articular todas las palabras de una
manera clara y limpia, de forma que se nos entienda al hablar. Respecto a la
velocidad, el formador debe mantener una velocidad adecuada, y puede reducirla,
como recurso didáctico, en momentos claves.
•
El espacio. Se debe distribuir el espacio del aula de una forma que
se adecue a la actividad.
•
El aspecto físico. Este elemento es importante, ya que nos
interesa transmitir una imagen positiva.
La
Comunicación Paraverbal
Se compone de una serie de características
que complementan al lenguaje verbal. Además influye en la regulación de la
conversación, expresa la invitación a participar en ella, mostrar el deseo de
intervenir, etc. Para Marín, M. y Otros (2012) ésta comprende:
Entonaciones
(las comillas para indicar el sentido irónico o no convencional de una
palabra). Énfasis o pausas (los puntos suspensivos para indicar pausas o frases
incompletas, los guiones para indicar las intervenciones de los interlocutores,
los signos de interrogación y exclamación para expresar preguntas y
exclamaciones) (p.28-29).
Tiene la doble función de mejorar la
comprensión del lenguaje verbal y favorecer la manifestación de sentimientos,
emociones y actitudes del hablante. Sus funciones son motivar al receptor,
permitir que se procese la información, señalar un proceso comunicativo
defectuoso, indicar el cambio de turno en los hablantes, y manifestar
sentimientos o emociones.
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